
Oficialmente no ha comenzado el verano, pero las tardes santiaguinas son cada día más calurosas. El aire acondicionado de mi acogedora oficina, me hace cada vez menos deseable salir a almorzar fuera; pero realmente la idea de la Teru de juntarnos cada viernes en una terraza para poder desahogarnos y respirar aire limpio –según ella- no es tan mala idea. Son las dos únicas amigas que me quedan desde que decidí salir del closet. Mis ex mejores amigos, con los que jugaba todos los sábados tenis, fueron los primeros que me abandonaron. – Cómo no nos habías dicho nada- dijo Osvaldo, mi mejor amigo y como un hermano, -hemos compartido habitación en nuestros viajes y hasta las duchas los sábados, quizás qué películas te pasabas cuando nos veías desnudos- sus palabras fueron las que más me dolieron y que aún no olvido. Soy de esos llamados “jóvenes exitosos modernos” profesional de 30 años, ingeniero comercial; con departamento propio en un hermoso y exclusivo sector de Las Condes, con auto de moda; muy buena pinta, trato amable y agradable –un muy buen partido- decía mi madre. A veces pienso que algo me debe haber ocurrido para ser…- Más café o desea pedir algo para comer- me dijo el mesero del local de esta semana. Realmente era lindo: alto, moreno, ojos negros, con pelo en pecho y bastante varonil; al verlo viene a mi mente Antonio Banderas. – Por ahora nada, espero a dos amigas - le dije, tratando de ver su nombre que estaba escrito en el delantal.No he sabido nada de la Pilu y la Teruca, mi viaje a Buenos Aires el fin de semana reciente para ver a Madonna allá y relajarme un poco, me mantuvo desconectado de ellas.-Nico- se escucho en la puerta de la terraza, era la Piluca. - Pilu, galla, como estai. Siéntate y déjame llamar al mesero, que está muy weno pa’ que te suba el ánimo-le dije, mientras levantaba la mano para llamar al doble de Banderas.- Hay Nico, sé más piola.- me dijo con una sonrisa de maldad, pero toda ruborizada. – La Teru no te ha llamado, no sabes que ocurrió?-No, en realidad no he sabido nada de ustedes, fueron al concierto? - respondí-Si claro por eso, no sabes lo que ocurrió, jajajajajajajaja aún me rio cuando lo recuerdo- me dijo la Pilu con una buena carcajada – Mi amiga está mea’ de gato, nadie puede tener tan mala cue--Se sirve algo- preguntó Banderas con su voz varonil, interrumpiendo a la Pilu; por suerte cuando empieza con garabatos; es peor que la vieja del Morandé con Compañía. – Por ahora un jugo natural, de melón tuna idealmente- le respondió mirándolo muy bien de reojo. -Tenías razón, está harto weno el mesero- me respondió a penas ya se había alejado Banderas, para que no alcanzara a escucharla –le pediremos las cosas de a poco, para verlo más seguido, jajajajajajaja- sugirió la Pilu.-Ya cuéntame que pasó, fueron al concierto sí o no- requerí con insistencia.-Mira- comenzó la Pilu su relato - teníamos todo planeado con la Teru, la loca se fue a mi casa y traía una maleta con ropa para ir lo más producida. Según ella como iban a estar filmando a los de la cancha vip, era el momento para salir al mundo en esos videos. Tu cachai como es jajajajajajaja. – Yaaaaa, y- insistí, mientras veía que Banderas se acercaba con el juguito de melón.-Bueno, me duché primero yo, por que la otra se queda pegada y luego entró ella; mientras me vestía guaaaaaaaaa, un tremendo grito desde el baño. –Noooooo que pasó- esto se ponía bueno.-Espera- respondió la Pilu, mientras recibía el jugo. –No te vayas, espera- le dijo a Banderas –mmmmm ya, está muy rico, gracias- le expresó con coquetería. Banderas, todo sonrojado le respondió – de nada, gracias a usted - claramente con otra intención.-Ya galla, deja de coquetear y sigue- le insistí.-Bueno, resulta que corrí al baño y adivina qué- me preguntó la Pili – qué po’ tanta vuelta- le respondí.-jajajajajajajaj, en la tina, de guata, estaba la Teru llorando y gritando; jajajajajajajajja- la weona se puso a bailar una coreografía y se saco la cresta; jajajajajajajajja-Noooooo, pero como tanto, que decía, le pasó algo- ya me empecé asustar.-Bueno, lo peor no fue eso, me acerqué pa’ levantarla; pero la loca se puso a gritar toda histérica y a patalear, cuando en eso, jajajajajajajajjaa no lo vas a creer- me dijo entre risas. - qué po’- ya no aguantaba más.- Jajajajajajaj, gallo se le enganchó el dedo gordo del pie derecho en el desagüe jajajajajaja y no lo lográbamos sacar jajajajajajja. – Nooooooooo, en serio- no podía creerlo -como tan mala suerte jajajajajajajja, y que hicieron? – seguí pregutando-Bueno, con vaselina jajajajajajajajajjaa no, con crema le logré sacar el dedo, de ahí a la Clínica Alemana pa’ ver qué onda, y adivina; fractura de no sé qué hueso jajajajajajaja. .Qué mala, como te ríes de ella- aguantándome la risa también -Sorry, pero no me puedo aguantar, jajajajajajaja. Bueno, como la Madonna no se ve de nuevo en Chile, dejé a la Teru en la clínica y partí sola al concierto--Pobre de la Teruca, con lo ilusionada que estaba- nuevamente me desconcentraba Banderas que se acercaba, claramente las insinuaciones de la Pili habían logrado su efecto. – Algo más- requirió claramente hacia ella. – Carne - contestó la Pilu, volviendo a sonrojar a Banderas. – qué tipo de carnes tienes_ siguió preguntando- En realidad no almorzaremos, me traes la cuenta – comenté cortando las insinuaciones que entre ambos se hacían. – Iremos a ver a la Teru a la clínica, la pobre debe estar destrozada – le comenté a la Pilu para apurar un poco las cosas. – Quédate con el cambió - le dije a Banderas, mientras le pagaba con $5000 pesos. – Tome su boleta, y gracias por venir – me respondió.Camino a la clínica, en mi auto; comentamos el concierto y lo magnífica que estaba la Diva. Una vez en la clínica, entramos a la habitación de Teru. – Teruca, galla, que estás haciendo acá con lo rico que está el día – traté de ser lo más irónico posible, para poder levantarle el ánimo.- Tú si que tienes mala pata, o dedo mejor dicho – ironizó la Piluca – jajajajajajaja, amiga- y la abrazó como si hacía años que no se veían - Claro, ríanse no más; esperen que pueda caminar. Cómo están, almorzaron manteniendo nuestra tradición de día viernes – contestó la Teru preocupándose por esta “tradición de dos tardes”- Obvio, de allá venimos - le respondimos la Pilu y yo, casi al unísono. – Cuándo te dan el alta - nuevamente preguntamos juntos. – jajajajajaja, estamos en coro – comentó la Pilu.- Mañana, pero estaré con licencia otro par de días. Sólo lamento no haber visto a la Madonna, pero bueno; las cosas pasan por algo –- mmmm, que te ocurrió amiga, pa’ que pienses así. Noooooo, a quién conociste acá – esa cara y comentario sólo puede hacerlo una mujer enamorada, pensé.- Jajajajajjaa – rió la Teru con maldad. –Un médico, de esos que te ponen las cosas pal’ dolor, es muy lindo y me toca los pies para preguntarme si me duele uffffff es como un verdadero masaje --Jajajajaja, pucha amiga tú no das puntada sin hilo, es lindo? tiene plata? yo me quedo con mi Antonio Banderas, volveré al local toda la semana hasta salir con él- comentó la Pilu sentada en la orilla de la cama. Las dos parecían adolescentes mientras planificaban como llevar a cabo sus conquistas. Me senté en una orilla de la habitación a leer una revista, mientras escuchaba sus comentarios y risas. Busqué una mentita en algún bolsillo, al sacarla cayo un papel todo doblado. Era la boleta del local, dispuesto a votarlo noté que estaba escrito, lo abrí y por atrás decía…”divertida tu amiga, mejor tú; llámame 09-32745xx. Javier”. Observé una y otra vez la nota y miré nuevamente a la Pilu que no paraba de explicarle a la Teruca lo igualito que era el mesero a Banderas. Arrugué la boleta y la lancé a la basura; tiro directo
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